El pueblo de Montagu es realmente magnífico, con sus viñedos y sus casas de estilo Cape Dutch totalmente blancas, en mitad de un paisaje montañoso excepcional. Se encuentra justo antes de un puerto de montaña impresionante en la carretera 62, una carretera panorámica en altidud con muchas fincas que producen vino y también, para variar un poco, brandy, queso y aceitunas. Me encantó comer allí y me arrepentí de no haberme quedado a pasar la noche.
Sin embargo, sí que probé los famosos baños en los manantiales naturales de agua caliente del pueblo, que no podían ser más relajantes. El hotel donde se encuentran las piscinas tiene muchos servicios y el agua está a 43°C. Lo mejor es ir al caer la noche, cuando hace más fresco. En verano hace un calor insoportable durante el día.