
Tu viaje a Turquía te hará vivir una experiencia única. Con un simple gesto, podrás pasar del continente europeo al continente asiático.
Con algo más de 780 000 kilómetros cuadrados, la extensión de Turquía es una vez y media la de España. El país tiene la particularidad casi única en el mundo de estar a caballo entre dos continentes. La parte europea es minúscula, ya que representa solo el 3% del territorio, mientras que el 97% restante de Turquía se encuentra en el continente asiático. En Estambul podrás pasar de un mundo a otro con tan solo atravesar el Bósforo. En cuanto a Estambul, que sepas que a pesar de lo que piensa mucha gente esta mítica ciudad no es la capital del país. Es Ankara la que desempeña ese papel. En la reducida parte europea, Turquía limita con Grecia y con Bulgaria. Por el lado asiático, tiene frontera con Siria, Iraq, Irán, Armenia y Georgia. Si vas a hacer tu viaje a Turquía por las playas, sus 7000 kilómetros de costa te encantarán. Tendrás muchas opciones para elegir, en el mar Egeo, el mar Mediterráneo, el mar negro o el mar de Mármara. Si, por el contrario, lo que te atraen son las alturas, anímate con la ascensión del Ararat, la cumbre más elevada del país, que culmina a 5165 metros de altitud.
Para definir el clima de Turquía antes hay que distinguir entre dos zonas principales diferenciadas. En la zona de Estambul hace mucho calor en verano. En invierno, el clima es suave, aunque tampoco podrás descartar un par de días de nieve. En general, podrás esperar lluvias. La proximidad del Bósforo y del mar Negro y el mar de Mármara hace que el tiempo sea cambiante y que las previsiones meteorológicas sean inciertas. En el interior, la frontera con Siria bate todos los récords de temperatura y, en cuanto a la Anatolia, su clima es continental. Es decir, hace mucho calor en verano, con temperaturas que pueden descender hasta los -30° en invierno.