Descubrí Datça por el festival en honor al poeta turco Çan Yücel que se desarrolla allí todos los años, en el mes de agosto. Numerosos poetas y músicos se encuentran allí para participar en este acontecimiento.
Datça es magnífica, la vista del mar Mediterráneo es espléndida y las personas son muy abiertas y acogedoras. Lo que más me impresionó fue el vino. Ya había probado el vino turco pero el que venden en Datça - y en toda la provincia de Mugla- es un de los mejores de Turquía. Un vino, que normalmente cuesta caro, puede ser comprado y degustado directamente en casa del viticultor. El aceite de oliva también es muy bueno, sin embargo el precio no está justificado.
Por la noche, ve a cenar pescado fresco en uno de los pequeños restaurantes con vistas al mar.
Si tienes tiempo, te aconsejo descubrir la antigua ciudad de Knidos, su templo, su teatro y su playa.