
Aunque los delitos contra los extranjeros son muy contados, es importante no bajar nunca la guardia durante tu estancia en Indonesia.
Indonesia es un país tranquilo y seguro. Apenas hay delincuencia ni actos violentos. Los hurtos son un poco más frecuentes en zonas muy turísticas, como Bali y su principal destino costero, Kuta. También en el transporte público. Para evitar sorpresas desagradables, basta con tomar algunas medidas sencillas. Para mayor seguridad, no lleves en la mochila nada de valor. Lleva el pasaporte y el dinero siempre encima, en una taleguita por debajo de la ropa. De todas formas, casi no hay carteristas y los hurtos suelen ser fruto de nuestros propios despistes más que de cualquier otra cosa. Hay registros de robos perpetrados por otros turistas, y no por indonesios.
Hay que tener mucho cuidado con las drogas durante la estancia en Indonesia. El país sostiene una política de tolerancia cero a este respecto. Además, aunque los camellos son muy simpáticos, prácticamente siempre trabajan codo a codo con la policía. Estarán encantados de forzar un soborno, a no ser que decidan iniciar un proceso judicial.
Ten siempre en mente que Indonesia, a excepción de Bali, es un país musulmán. Existen ciertas normas de conducta, particularmente para las mujeres. Es importante mostrar un respeto por la cultura local y, de paso, evitar embrollos.