
Los fiordos del este son montañas labradas por el viento, la nieve y todas las inclemencias climáticas de Islandia, que parecen salir del mar.
La carretera que los recorre es sinuosa. No dudes en pararte cuando te apetezca para hacer una foto o para estirar las piernas y dar un paseíto. Esta región, una de las menos pobladas de Islandia, a veces tiene un aire fantasmal o dramático, sobre todo entre la bruma o cuando uno se encuentra con pueblos que parecen abandonados. Es habitual cruzarse con manadas de renos por los alrededores.
El viento puede ser muy violento debido a la proximidad del mar. En caso de tormenta, sobre todo si vas en un utilitario ligero, no te pongas al volante y espérate hasta que pase. Aunque conduzcas muy lento, las borrascas pueden sacarte fácilmente de la carretera. Tampoco te dejes nunca la puerta abierta. Ten siempre el seguro echado por si acaso la arranca el viento.
Hay muchas rutas interesantes en los alrededores de Borgarfjordur. Pasar cerca de Dyrfjoll es impresionante. Esta montaña hace honor a su nombre, que significa "Montaña Puerta". En en lado oeste de la montaña, podrás ver rocas enormes y pequeños estanques glaciares.
La carretera hacia Mjoifjordur puede ser mala. Es bastante abrupta y la visibilidad a veces es limitada. Sin embargo, las vistas desde la cumbre son realmente magníficas, así que merece la pena visitarlo, pero siempre con el tiempo despejado o las vistas estarán tapadas.
El kayak es una buena opción para recorrer el fiordo de Seydisfjordur y descubrir el lugar de una forma distinta. En lo alto del fiordo, las vistas del pueblo con sus casitas de colores y el lago son muy bonitas. La antigua granja de Skalanes es un lugar aislado, y tiene unos acantilados donde habitan un montón de aves. Es ideal para observar a los animales.
Reydafjordur es un pequeño pueblo situado al fondo del fiordo islandés de mayor tamaño, a unos treinta kilómetros al interior. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue la segunda mayor base militar de los Aliados. Un museo da a conocer los acontecimientos de la época. Hoy en día, es sobre todo la sede de una gran fábrica de producción de aluminio.
Cuando vayas a Nordfjordur, tendrás la impresión de estar aislado del resto del mundo, solo ante unos paisajes magníficos. La reserva natural de Folksvangur Neskaupstadar ofrece la posibilidad de hacer rutas cortas cerca de los acantilados y los frailecillos. También hay rutas más largas y complicadas, como las que llevan a los acantilados de Gerpir, el punto más al este de Islandia.
Un poco hacia el interior de estas tierras, Egilsstadir no es una ciudad demasiado interesante, al contrario que el río Lagarfljot, situado a unos 50 kilómetros más al sur. Cuenta la leyenda que una serpiente monstruosa, similar a la del lago Ness, vive en estas aguas sombrías. Al norte de la ciudad, sobre todo hay dunas de arena y afloramientos basálticos.
Durante un viaje por Islandia, te harán falta varios días para visitar los fiordos del este y hacer senderismo por allí si te apetece, pero, si no, con un día te bastará para hacerte una idea del lugar y ver algunos puntos de interés.