Los fiordos del este son una región bastante poco turística de Islandia por ser menos espectacular que los sitios geotérmicos del norte o las imponentes cataratas del sudoeste del país. Muchos incluso recorren la distancia de una tacada y se saltan esta región.
Por el contrario, a mí me encantó tomarme mi tiempo para descubrir esta parte del país, más tradicional, donde la pesca sigue formando parte del día a día de sus habitantes y donde se percibe la calidez de sus pequeños puertos en la ladera de los fiordos, como, por ejemplo Breiðalsvík, Reyðafjöður, Eskifjörður,Neskaupstaður o Fáskrúðsfjöður.
Además, en los fiordos del este se pueden hacer bonitas caminatas en lugares preservados, como, por ejemplo, la reserva natural de Lonsoraefi.
Sí que es cierto que en este tipo de caminatas hace falta tiempo, por lo menos algunos días, para recorrer estos magníficos parajes sin gente. Apenas me crucé con nadie, salvo con ovejas y renos, pero el espectáculo entre mar y montaña es espectacular.
La región de los fiordos del este abarca la costa del norte del lago Jokulsarlon. El coche es ideal para explorar los fiordos, porque así podrás pararte cuando quieras para tomar fotos, caminar o hacer alguna ruta de senderismo. Hay muchas playas y podrás pararte fácilmente a un lado de la carretera para hacer la pausa de la comida en un marco incomparable. A lo largo de la carretera, no dudes en desviarte algunos kilómetros para ver, por ejemplo, antiguas granjas con los tejados de turba.
Los paisajes van cambiando con mucha rapidez: campos de lava, acantilados que albergan multitud de aves, reservas naturales, granjas y pueblos aislados... Las montañas basálticas y los caminos que las recorren merecen la pena, así que tómate tu tiempo para hacer senderismo por la región. Las vistas de los fiordos surgiendo de entre las brumas es magnífica.
Te encontrarás pocos pueblos allí, así que comprueba regularmente tu reserva de gasolina y compra tu comida en la estación de servicio.