Yo no tuve buena suerte porque el día que quise visitar el cráter de Viti, llovía a mares y tuve que hacer la caminata envuelta en mi parka y mi pantalón impermeable.
Afortunadamente dejó de llover por el camino y pude disfrutar del espectáculo de este círculo casi perfecto, relleno de agua de un intenso color azul metalizado. Viti es una de las formaciones heredadas de la erupción del volcán de Krafla, situado no muy lejos de allí. Se puede recorrer a pie.
La visita hasta el cráter no es demasiado larga, ya que el parking se encuentra bastante cerca, pero también se puede continuar la marcha hasta el sitio geotérmico de Leirhnjúkur, con unos tonos ocres espectaculares por un lado y el oscuro flujo de lava por el otro.
Viti significa "infierno" en islandés, ya que antes se creía que los volcanes eran puertas de entrada al infierno. Sin embargo, cuando veas ese laguito tranquilo de un color azul precioso, pensarás más bien en bañarte en él que en ir al infierno.
Para llegar, tienes que ir hacia la zona geotérmica del volcán Krafla, al este del lago Myvatn, pasar por delante de la central geotérmica y seguir la carretera que lleva hacia el cráter y los campos de lava.
Una vez allí, no te conformes con echar un simple vistazo al lago Viti y marcharte. Haz la pequeña ruta que da la vuelta al cráter, entre paisajes de color ocre y fumarolas de vez en cuando. Los paisajes son magníficos y sería una pena que te los perdieras. De todas formas, que sepas que no podrás llegar hasta la orilla del lago, porque las pendientes para acceder son bastante pronunciadas y poco estables.