Al igual que los otros grandes lagos del norte de Italia, el lago Mayor, de orígen glaciar, combina armoniosamente sus profundas aguas azules con las montañas circundantes, que se hunden abruptamente en el lago para dar lugar a un panorama de lo más pintoresco. Situado justo al norte de Milán, el lago Mayor se convierte en un destino muy popular en verano y sus numerosos pueblos reciben a una gran cantidad de turistas de vacaciones, procedentes de Italia, Suiza y otros países. Los picos que rodean al lago permiten combinar las actividades de montaña con las acuáticas.
Disfruté especialmente de mi estancia en el lago Mayor y, sobre todo, de sus diferentes islas, que suponen una excursión muy agradable, utilizando alguno de los muchos barcos que se extienden por el agua. Las islas Borromeo son, en mi opinión, un destino también muy interesante de un viaje a Italia. Sin embargo, debo admitir que estaba más fascinado por los paisajes de los lagos de Garda y Como.
En mi opinión, el Lago Mayor goza de una belleza fotogénica. El color de sus aguas puede ir desde un verde jade (en el norte) hasta un azul turquesa (en el sur). Mi sensación al verlo fue como hallar una joya incrustada en medio de los Alpes. El clima es muy suave y adecuado para realizar excursiones por las orillas, cubiertas de una vegetación a la vez alpina y mediterránea.
Me gustó la orilla oeste del Lago Mayor, que te aconsejo visitar. La ciudad de Stresa es tu primera parada: una localidad animada y encantadora, llena de parques, jardines y lujosas villas. Te aconsejo que desde allí te dirijas a las Islas Borromeas: Isola Bella, Isola dei Pescatori e Isola Madre. Allí descubrí espléndidos palacios con exuberantes jardines italianos, donde abundan laureles, camelias y magnolias. Un panorama encantador, incluso exótico, con pavos reales, loros y faisanes de la Isola Madre.
Por último, tómate el tiempo de visitar el Monte Mottarone (1491 metros): bonita excursión con un espléndido panorama sobre el lago y el valle lombardo.