Tras cuatro días recorriendo las carreteras de la Toscana, terminamos nuestro viaje pasando el día en Lucca antes de volver al aeropuerto de Pisa, que se encuentra a menos de 30 min por carretera.
Por desgracia, aunque estamos en el mes de mayo, no hace muy buen tiempo. Llegamos algo arde, pero habíamos reservado un albergue de juventud bastante particular: ¡un antiguo convento! Estamos en pleno centro de la ciudad, que no es muy grande y en el que resulta muy agradable pasear por las pequeñas callejuelas peatonales.
Al día siguiente de nuestra llegada, dedicamos gran parte de la mañana a visitar la ciudad: sus murallas reconvertidas en jardines, sus palacios y sus numerosos edificios religiosos. También hay un pequeño canal por el que resulta muy agradable pasear. Un consejo para los aficionados a la buena comida: ¡creo que no he comido jamás un tiramisú tan bueno como el que probé en Lucca!
Son los destinos como la ciudad de Lucca los que hacen que uno sea plenamente consciente de la belleza y el patrimonio histórico presentes en Italia. Lejos, en términos de reputación como destino turístico, de lugares como Roma, Florencia, Venecia o incluso Verona, Lucca es, sin embargo, de la misma categoría que las anteriores: una increíble joya de la Toscana de una belleza impresionante.
Imagínate una pequeña localidad todavía completamente rodeada de murallas. Datan del Renacimiento y esconden una antigua ciudad de intrincadas calles empedradas que conducen a lugares sombríos y a tranquilas iglesias. Su plaza principal de forma circular, con sus arcadas, es una de los lugares más bonitos que he tenido el placer de ver. Todas estas razones hacen que, para mí, sea una visita obligada durante una estancia en Italia.
Pienso que Lucca es una villa deliciosa, con sus calles arboladas rodeadas por sus murallas renacentistas. Me encantó deambular sin rumbo por sus callejas, descubriendo las iglesias de mármol y las villas patricias. Para contemplar un bello panorama de Lucca, te aconsejo la Torre del Guinigi.
Comencé mi excursión en Lucca por el barrio de la catedral: un verdadero salón monumental al aire libre, con su Duomo (catedral) con nervios de estilo gótico y el museo de la catedral, un antiguo palacio del arzobispo, conocido por su díptico bizantino en marfil del siglo VI. Diviértete contemplando la Piazza Anfiteatro; ¡guarda un secreto! Aunque a simple vista se parece a las grandes plazas, tan numerosas en Italia, se trata de hecho de un antiguo sitio romano donde se alzaba un espléndido anfiteatro, de ahí la forma perfectamente ovalada del lugar.
Si eres amante de la ópera, te recomiendo el museo de la casa natal de Puccini y, sobre todo, el museo Villa Puccini, en Torre del Largo. En verano, asistí al célebre Festival Puccini organizado en la villa.