Seúl, capital de Corea, es una ciudad en la que pasar bastantes jornadas bien ocupadas y variadas.
Aconsejo:
Al llegar al aeropuerto, compra una tarjeta de transporte recargable, podrás utilizarla en el metro y el autobús, es muy práctica porque evita perder tiempo.
Mi opinión
Entre los imprescindibles de la ciudad, debes visitar uno de los palacios imperiales. En Gyeongbokgung, antiguo palacio principal, podrás asistir al relevo de la guarda cada hora. Entre tanto, los guardias son asaltados por los turistas armados con sus palos selfie. El palacio de Changdeokgung es igualmente impresionante.
El templo de Jogyesa, cerca de los palacios, es especialmente bello cuando es decorado con numerosos farolillos al acercarse el cumpleaños de Buda.
Después, para descubrir las casas tradicionales coreanas, los hanoks, me dirijo hacia el barrio de Buchón y cogí un mapa en el centro de información para descubrir los diferentes itinerarios posibles..
Para recorrer un mercado tradicional, dirígete hasta Yangyeongsi. Muchas tiendas venden hierbas medicinales, un escaparate en el interior de la estación te dará una idea de todo lo que puedes encontrar allí.
Si prefieres las tiendas, ve al barrio de Gangnam, paraíso del shopping y de la cirugía estética.
Por la noche, te aconsejo pasearte por Cheong-gye-cheon. Se trata de un curso de agua artificial en medio del que se encuentran obras de arte iluminadas, pero también puentes peatonales...
Si quieres ver Seúl desde las alturas, la N Seoul Tower, en la cima del monte Namsan, es el lugar ideal. Se puede acceder a pie (una buena hora de camino, con muchas escaleras) y en autobús. Es conocida por ser el lugar de encuentro de los enamorados, allí venden candados, fotografías y otras chucherías.
