La ciudad de Jeonju cuenta con una gran extensión y está muy modernizada, pero su barrio tradicional se ha conservado muy bien. Hay alrededor de 800 hanoks, esto es, casas construidas de manera tradicional con madera y tierra, y un techo de tejas grises curvado hacia el cielo. No tuve muchos problemas para encontrar alojamiento en un hanok: experiencia que me permitió descubrir un estilo de vida diferente.
En Jeonju se pueden visitar muchos lugares interesantes: la catedral Jeondong, que combina diferentes estilos arquitecturales de manera original, así como santuarios, distintos museos dedicados a la cultura y tradición coreana, el parque Deokjin, colmado de flores de loto y nenúfares en verano...
Jeonju es célebre por su gastronomía, representada por el bibimpap, plato que se sirve con una decena de condimentos y especias (entre los cuales pimientos rellenos de picante) y el kngnamul gukpab, a base de semillas de soja, que también se presenta con varios condimentos como el kimchi.