Me gustó mucho pasar por Santa Ana. Como llegué un domingo, pude visitar la ciudad con total tranquilidad. Las calles estaban muy tranquilas, al contrario que al día siguiente. Me dio más sensación de seguridad que San Salvador y el ambiente allí era relajado.
La principal atracción de la ciudad es la preciosa catedral gótica que da a la Plaza de la Libertad. La ciudad también tiene unos bonitos edificios coloniales y construcciones de muchos colores. Santa Ana está situada en un cruce estratégico entre la ruta de las flores, la capital y los destinos del este como Suchitoto. Por eso es una escala obligatoria durante un viaje por El Salvador y, a mi modo de ver, muy agradable. También es el punto de partida para los que quieran ver el volcán del mismo nombre o el lago de Coatepeque.