Disfruté varios días en Santa Catalina ya que es un buen destino de playa y surf. Por aquí hay poco o nada que hacer, aparte del surf, pero eso limita el flujo turístico y concentra una población muy particular. El ambiente del pueblo es tranquilo, los surferos suelen ir allí para surfear además de ir de fiesta, y no hay el desorden que aparece en otros destinos turísticos de la costa.
Otra ventaja: compra pescado directamente a los pescadores y cocínalos en el hotel. Frescos y baratos, una maravilla. Anécdota: llovió bastante una noche de tormenta y los cangrejos iniciaron una migración al mar. Cientos de cangrejos cubrían todo el suelo, carreteras, etc... Hasta encontré algunos en la habitación el día siguiente.
Si durante tu recorrido por Panamá quieres hacer surf, ya seas un experto o no, Santa Catalina es el lugar que buscas.
Santa Catalina se corresponde perfectamente a la imagen que uno se puede hacer de una ciudad de surfistas: tiendas orientadas a los deportes extremos y pequeños restaurantes occidentalizados en la orilla del mar. Todo ello en un ambiente relajado.
Las playas son grandes y numerosas, dos días no son suficientes para explorar demasiado. Por nuestra parte, nos quedamos tres días en un hotel en las cercanías a Santa Catalina, en la que se encontraba una playa de arena negra y el agua cálida estaba bordeada por unos manglares. Disfrutamos de quedarnos en las populares playas de surfistas para contemplar esta naturaleza tan especial.
Ten cuidado con las pulgas de la arena que son tan comunes en la región: para evitar las picaduras rojas y el escozor, aplícate aceite para bebé por todo el cuerpo antes de tumbarte en la arena.