Esta ciudad suele ser ignorada por los turistas que prefieren las costas del oeste y del sur durante un viaje por la isla de Mauricio. He de reconocer que Moka me parece un destino más adaptado para los habitantes de la isla que para los viajeros. Cuenta con una universidad nacional y diversos comercios.
No obstante, en Moka se halla la casa Eureka, una preciosa villa criolla donde se puede descansar y disfrutar de vistas sobre un precioso jardín y un valle adyacente surcado por un curso de hermosas aguas que corren en medio de una densa vegetación. Los amantes de las alturas con suficiente espíritu aventurero podrán pasearse por la cordillera de Moka, que cuenta con tres picos y que separa Moka de Port Louis: se trata de un lugar natural poco frecuentado, que ofrece hermosas vistas sobre los alrededores.
Moka es una aldea que tiende sin cesar a convertirse en una ciudad. Testigo del desarrollo y la occidentalización, es el lugar ideal si deseas hacer compras.
Pasé una tarde en Moka: después de comer en el restaurante Eurêka – La Maison Créole (la referencia en materia de restauración en la zona), me dirigí a un gran centro comercial donde están representadas muchas marcas: hipermercados, zapaterías, tiendas prêt-à-porter… en breve, el lugar ideal para los adictos a las compras o para dar unos paseos antes de volver al alojamiento. Me aconsejaron también la ascensión de la montaña de Pouce, ¡pero se trata de un lugar más bien para los excursionistas aguerridos!
No aconsejo Moka si te gusta la calma: creí entender que se trataba de un importante punto de tránsito para los habitantes de isla Mauricio.