Durante tu estancia por Jamaica, podrás ir a ver la famosas cascadas del río Dunn en el Dunn's River Falls and Park. La escena es mágica, si te abstraes de la multitud y de las instalaciones.
Sabiendo lo que me esperaba en esta ciudad tan turística, miré de lejos los restaurantes que servían fish and chips y hamburguesas. El tráfico generado por los barcos de cruceros es impresionante y el espectáculo roza la estafa. Las tiendas de estilo chino y 'made in India' compiten entre sí.
En Ocho Ríos las playas son menos bonitas que en el resto de la isla, pero al final encontramos un sitio donde dejar la toalla y esperar a que zarpasen los barcos.
Me gustó mucho el centro de Ochos Ríos, pero nada más. Todo parece estar arreglado para los turistas de paso: restaurantes, casinos, decenas de hoteles, grandes edificios en primera línea de playa, todo un barrio dedicado al ocio (playa, tiendas, restaurantes, clubes), el Margaritaville. Personalmente es todo lo que no me gusta del turismo. Pero a los americanos les encanta este aspecto de "destino costero - parque de atracciones".
El verdadero interés de quedarse en Ocho Ríos es el de poder ir a Dunn's River (las cataratas más famosas de la isla) y que vale la pena conocer en un día de excursión, así como ir en familia a Dolphin Cove, una ensenada natural o un parque de atracciones con delfines. Los dos son extraordinariamente caros, ese es el problema en Jamaica, donde la menor visita cuesta 20 US$.