Me gustó mucho Río Bueno, por su ritmo atemporal de pequeño puerto en el medio de plantaciones agrícolas. La aldea ha conservado su nombre original, el que le dieron los primeros colonos españoles que, llegados aquí con Cristóbal Colón, encontraron este río (que desemboca en el mar justo en este lugar) y desarrollaron el primer puerto de la isla.
Las dos iglesias del siglo XIX y el pequeño fuerte son hermosos, sobre todo la iglesia anglicana de San Marcos, situada en un bonito panorama.
No te pierdas la visita a la galería de arte Joe James, una de las más interesantes y famosas del país por sus exposiciones de artistas contemporáneos, tanto pintores como escultores. Encontramos ahí una pequeña tienda de objetos bastante caros, pero de hermosa factura, esculpidos en maderas preciosas.