Me gustó mucho la región de Somoto porque permite sumergirte en la cultura nicaraguense mientras se experimentan sensaciones fuertes en mitad de la naturaleza.
En esta jornada de barranquismo, desafiamos las turbulentas aguas del río, con un salto de más de 10 metros, nos cruzamos con una serpiente que nadaba tranquilamente y probamos el tubing. El lugar es realmente impresionante, y podrás elegir tu recorrido según el grado de dificultad que quieras. Disfrutamos mucho de esta forma de turismo comunitario que permite a cada cual disfrutar del entorno mientras lo protege.
Destrozados de tantas aventuras, apreciamos mucho la tranquilidad del jardín tropical central. En las calles también nos quedamos sorprendidos al encontrar los murales pintados en las paredes, una forma de expresión popular y política muy extendida en Nicaragua.