La ciudad de León nos fascinó por multitud de razones. De entrada, rebosa de edificios coloniales e iglesias muy hermosas. Su faceta de cultura extraordinaria está en perfecta simbiosis con el ambiente popular de influencias de un pasado revolucionario. Todo ello le aporta un aire singular que es particularmente agradable. En los rincones de cada calle no faltará nada que no podáis descubrir y conocer.
León es, además, el perfecto punto de partida para hacer excursiones a diferentes volcanes (Cerro Negro, Momotombo, Telica) en incluso los Hervideros (fumarolas y lodos termales). Si preferís ir a la playa, lo podréis hacer en Las Penitas, a orillas del Pacífico. Nos gustó mucho lo fácil que nos fue poder ir a todos estos sitios. ¡Una hermosísima región para turistas solitarios!