No fueron las posibilidades de encontrar hoteles confortables o lujosos las que nos atrajeron a Gamboa, sino la promesa de pisar uno de los senderos más prolíficos en materia de aves, conocido mundialmente por los ornitólogos. Gamboa es, en efecto, el punto de partida ideal del "camino del oleoducto" donde están censadas más de 400 especies de aves.
Podrás ir solo, en autobús y pagando la entrada del parque nacional.
No nos sentimos decepcionados porque desde los primeros pasos descubrimos muchas especies de aves que nos eran desconocidas. Apenas podemos creer que estemos tan próximos al canal de Panamá. Y sin embargo la vía del tren fletando interminables trenes y sus vagones está ahí para atestiguarlo.
Hacer piragüismo, ir al encuentro de los monos, pasear por la selva son otras tantas actividades que podemos hacer en este espacio natural tan próximo a la capital.