Gestionada por la ONG de Belice, "Programme for Belize", la reserva de Río Bravo es uno de mis mejores recuerdos de mi viaje por Belice. Ubicada al extremo noroeste del país en el distrito de Orange Walk, al final de una larga carretera de tierra. No tiene un acceso demasiado fácil, pero el esfuerzo vale la pena.
Rio Bravo está pensada principalmente para los amantes de la naturaleza, y permite descubrir, entre otros, a los mamíferos más grandes del país en su entorno natural. En las 250.000 hectáreas de bosque subtropical en la que está situada, la reserva cuenta con más de 110 especies de plantas y orquídeas, algunos cientos de variedades naturales, y maderas preciosas como la caoba, además de monos, buitres, ciervos, zorros, tapires, tucanes, serpientes, etc.
Al alojarnos en el corazón de la reserva, en la base científica de La MIlpa, mi familia y yo pudimos contemplar en la noche, o temprano en la mañana, las huellas que habían dejado los cinco grandes felinos de Belice: el puma, el jaguar, el tigrillo, la nutria y el ocelote. Acompañados por un guía local y equipados con prismáticos aprendimos a reconocer las distintas especies animales de la región, hasta llegar al sitio maya de La Milpa, todavía enterrado bajo las raíces de la espesa selva.
El programa dirigido en Río Bravo por la ONG Programme for Belize tiene como objetivo promover una forma de turismo responable y más cercano a la naturaleza. Liderando a la vez acciones de educación, agroforestería y estudio de la fauna y flora, la base de La MIlpa es para mí un buen ejemplo en cuanto a iniciativas de turismo sostenibles.