Según la leyenda, Guru Rimpuche, figura budista de Bután, habría ido a Taksang a lomos de una tigresa (de ahí su apodo de "Nido del Tigre"), a fin de dar caza al demonio que asustaba a la población local.
Si, como yo, no tienes una tigresa voladora, te sugiero que cuentes con dos horas mínimo para llegar al sitio a pie o a lomos de una mula. La subida (¡y sus 500 peldaños!) ofrece impresionantes vistas del valle de Paro y su naturaleza protegida.
Cuando alcances los dos tercios del recorrido, te recomiendo que hagas una pausa, ¡el tiempo de hacer unas magníficas fotos pero también de descansar! Ala entrada del monasterio de Taksang, es obligatorio dejar tus efectos personales, así que no lleves contigo más que lo estrictamente necesario porque hay muy pocas taquillas de seguridad.
La visita de este lugar imprescindible de Bután es también la ocasión única para aprender un poco más sobre la rica historia de este pequeño reino del Himalaya, deja que tu guía te cuente las numerosas leyendas.
Como las fotos y las grabaciones de vídeo están prohibidas en el lugar, te aconsejo que te tomes tu tiempo para hacer la visita y así apreciar el lugar y su ambiente místico, ¡pero no olvides descender!