Aventura Nordeuropea en Tren para Familias: Entre Patrimonio y Tecnología

En apenas 30 minutos en tren llegarás a Trakai, la "capital medieval" de Lituania, rodeada por lagos de aguas cristalinas. Visitarás el magnífico castillo insular, pasearás por el pintoresco pueblo de madera con herencia karaíta (con su singular comida y un museo dedicado) y alquilarás un hidropedal para disfrutar del lago como los locales: remando con calma, contemplando el paisaje, parando en una cala para hacer un picnic y darse un baño. A la vuelta, podrás optar por visitar un museo de arte contemporáneo y moderno para descubrir las últimas tendencias artísticas, o un museo de historia que narra el camino de Lituania hacia la autodeterminación e independencia.

Por la mañana, tomarás el tren interurbano hacia Klaipėda, importante puerto del mar Báltico, una oportunidad ideal para contemplar el paisaje. Al llegar, explorarás el compacto casco antiguo con sus casas entramadas y visitarás un museo en un antiguo castillo que cuenta la historia de esta plaza fuerte histórica. Después, podrás alquilar bicicletas (incluso eléctricas) y pedalear por una vía dedicada hasta la abrupta costa, desde donde contemplarás el atardecer sobre el mar. Para terminar el día, disfrutarás de un paseo por el muelle viendo los barcos entrar y salir del puerto de Klaipėda, acompañado por la luz dorada del anochecer.

Tomarás el ferry hasta el Istmo de Curlandia, una estrecha barra de arena con dunas, bosques de pinos y aldeas pesqueras, declarada Patrimonio de la Humanidad y Parque Nacional. En Nida, su pueblo costero más bonito, participarás con un guardaparques en un proyecto de conservación de dunas: reforzar senderos para proteger el ecosistema frente al viento, el paso humano o condiciones climáticas extremas. Contribuirás a un cambio tangible en este entorno frágil. Luego tendrás tiempo para pasear por las casas de pescadores, visitar el museo del ámbar y probar pescado local. Como alternativa, un pescador local te enseñará su jornada y, si el tiempo lo permite, saldrás en barco por la laguna.

Toma el tren matutino a Riga, con un sencillo cambio en Šiauliai, desde donde se puede ver la famosa Colina de las Cruces por la ventanilla. Al llegar, accede a tu apartahotel céntrico y empieza a explorar esta ciudad magnífica. Aunque compacta, Riga ofrece un casco antiguo medieval de aire hanseático, un extenso distrito Art Nouveau y barrios auténticos con plazas, mercados y arquitectura propia. Recomendamos comprar un pase diario para recorrer la ciudad en sus emblemáticos tranvías. Entre nuestros barrios favoritos: la calle Miera, Āgenskalns y Grīziņkalns. Por la noche, haz un paseo en barco por el canal y contempla Riga desde las alturas subiendo al edificio de la Academia de Ciencias.

Por la mañana, toma el tren al Parque Nacional de Ķemeri y recorre el impresionante pantano de Lielais Ķemeru tīrelis, uno de los más espectaculares de Europa. Los madrugadores pueden parar antes en Jūrmala y pasear por su playa de arena. Al regresar a Riga, según disponibilidad, podrás participar en un taller de restauración de bicicletas en la fábrica más antigua del país, o descubrir la tradición cerámica local en una clase práctica. Si prefieres los museos, puedes elegir entre el Museo del Chocolate Laima o el Museo del Motor de Riga, con su colección única de coches antiguos.

Un viaje en tren de una hora te llevará a Sigulda, la puerta de entrada al Parque Nacional de Gauja. Allí pasarás 24 horas inmerso en la naturaleza letona: la mitad del país está cubierta de bosques. Empieza con un taller artesanal donde fabricarás tu propio bastón de senderismo, ideal para afrontar los desniveles del valle. Descubrirás cuevas de arenisca, pinares, robledales y hayas, y los castillos medievales de Sigulda y Turaida. Cruzarás el valle en teleférico y pernoctarás en una acogedora casa de huéspedes del pueblo.

Por la mañana, puedes hacer una caminata hasta el desfiladero del río Vējupīte y el mirador de Gleznotāju, o lanzarte en bobsleigh de verano en la pista olímpica de Sigulda. Al mediodía, toma el tren hacia Tallin: un trayecto relajante entre bosques boreales y praderas brumosas, con cambio en la misma plataforma en la frontera. Al llegar a la capital estonia, explora su ciudad amurallada medieval: la tarde es ideal para evitar multitudes. Para cenar, visita el vibrante Telliskivi Creative City, un barrio bohemio y artístico en una antigua zona industrial.

Explora el casco antiguo temprano, antes de que lleguen los grupos, y luego disfruta de un rollo de canela en el moderno barrio de Rotermann. Después, sigue hasta el Parque de Kadriorg y camina por el paseo costero hasta el puerto olímpico de Pirita, un auténtico viaje al pasado soviético. Te recomendamos visitar la torre de televisión para hacer una caminata de altura, o descubrir la Revolución Cantada en el Museo de la Ocupación o en los terrenos del Festival de la Canción. Termina el día en el barrio de Kalamaja: pasea por su paseo marítimo y disfruta de una sauna con baño en el mar Báltico.

Llega el momento de cerrar tu expedición de descubrimiento por los Estados Bálticos. Si puedes quedarte un día más, te proponemos una salida en barco para avistar focas, una excursión a la isla de Prangli o una clase magistral de marcha nórdica con el mejor instructor de Estonia. Una manera perfecta de terminar este viaje transformador.