Durante mi viaje por Nueva Caledonia, pude hacer una estancia de 15 días en la isla de los Pinos. Los habitantes son muy abiertos y es fácil charlar con ellos.
La oferta turística está más desarrollada en la isla de los Pinos que en las otras islas del archipiélago. La principal actividad es el relax en la playa en una de las numerosas bahías de la isla. Por todas partes el agua es de color turquesa y la arena blanca.
La ascensión del Pico N'ga permite tener una vista magnífica de una gran parte de la isla y los pequeños islotes que la rodean. Es igualmente posible hacer un recorrido en piragua por la bahía de Upi pero yo no lo hice porque encontré que había muchos turistas.
En cuanto a la historia, me sorprendió saber que numerosos cabilios (procedentes de una región histórica del norte de Argelia) habían sido deportados como convictos a la isla. Muchos descansan en un pequeño cementerio. También pude visitar la gruta de la reina Hortensia, hija de un gran jefe de la isla, lugar donde ella se refugió durante un conflicto entre tribus.
Pude también jugar a los Robinson Crusoé al pasar 2 días en el islote Brosse. Lugar de referencia de las "tricots rayés", serpientes venenosas pero muy tímidas, pude ir a la caza de cangrejos de los cocoteros y también de pesca.
Al sur de Nueva Caledonia, la Isla de los Pinos desvela sus increíbles colores, una mezcla de turquesa, blanco y verde que no deja indiferente.
¡Cuántas sensaciones! Recuerdo cuánto me excité perdiéndome en bicicleta por la isla, buscando cuevas, y la serenidad que me dio deslizarme por las aguas tranquilas de la bahía de Upi, pero también de mi maravillamiento al sumergirme en la piscina natural de la bahía de Oro, bordeada de pinos endémicos. Este lugar es un verdadero paraíso donde podrás contemplar muchos peces de múltiples colores, equipado tan solo con aletas, unas gafas de bucear y un tubo.
Por la noche te recomiendo que te sientes en la bahía de Kanumera esperando la puesta de sol con tu pareja.
¡La Isla de los Pinos es un lugar encantador! La primera vez que visité esta isla me pregunté si no acababa de encontrar el paraíso terrenal, la belleza absoluta, la naturaleza en todo su esplendor.
A la Isla de los Pinos se va y se vuelve sin ningún remedio. A mi modo de ver, ¡no existe isla más bonita que esta!
Como podrás imaginar, durante miviaje por Nueva aledonia, me encantó visitar la Isla de los Pinos. El único inconveniente es, cómo no, la cantidad de complejos hoteleros que crecen como setas año tras año sobre este lugar, destruyendo progresivamente su carácter mágico. Los amantes del buceo podrán vagar felizmente en medio de este acuario de peces multicolores y agua turquesa.