Si te gustan las lagunas de coral y las hermosas playas de arena blanca, la isla de Raivavae está hecha para ti. Me deslumbró la laguna de Raivavae: imagina una sucesión de "motus" (islotes coralinos) a cada cual más bello, en una naturaleza paradisíaca y salvaje bordeada de playas de arena blanca resplandeciente. ¡Un paisaje de gran belleza!
En Raivavae se impone una excursión en la laguna coralina. Particularmente me gustó el "motu" piscina: uno de los más hermosos "motus" de la Polinesia francesa, al sureste de Raivavae, con su extensa playa de arena blanca bañada por un agua turquesa resplandeciente. ¡Una visión paradisíaca por excelencia!
Los amantes del senderismo apreciarán una marcha en el monte Hiro (437 metros), el punto más alto de la isla. Desde aquí la vista de Raivavae y su bosque de pinos es ilimitada.
Si te gustan los vestigios históricos, te aconsejo el único "tiki" (representaciones antropomórficas esculpidas) de la isla, en el medio de una abundante vegetación, cerca de Mahanatoa.