Aunque Tahití tiene sitios bonitos que ofrecerte, personalmente me pareció poco representativo del mito polinesio que los occidentales tenemos en la cabeza. Es verdad que es la isla más grande y también la mejor equipada en lo que a infraestructuras se refiere. Sin embargo, nos encontramos muy lejos de la tarjeta postal que nos venden.
Para descubrir la verdadera Polinesia Francesa es mejor visitar islas como:
Y también Moorea, que se ve desde las costas de Papeete y tiene unos paisajes paradisiacos.
Pero bueno, ya digo que en Tahití también hay cosas interesantes que hacer y descubrir. Para empezar, me encantó el espectáculo de tamure (una danza ritual tahitiana) con un buffet que combinaba comida occidental con lo más destacado del "maa" de Tahití: pescado crudo en leche de coco a la "capitán Bligh". En el estadio To'ata se organizan un montón de cosas, como conciertos o espectáculos de danza. ¡Nada que ver con nada de lo que puedas ver en España! Por allí cerca puedes comer muy bien por poco dinero en los "puestos furgoneteros". Allí se come un poco de todo, desde cocina tradicional tahitiana hasta comida china, muy presente en la isla.
Los amantes del surf no pueden perderse la zona de Teahupo'o, accesible en barco. Las muchas cuevas dan lugar a cascadas preciosas. Para verlas hay que aventurarse al sur de la isla de Taravao.
Seguro que pasas por Tahití a la llegada o a la salida de tu viaje por la Polinesia, concretamente por el aeropuerto de Papeete. Al contrario de lo que se suele pensar, la mayoría de los viajeros no se quedan en Tahití, sino que siguen ruta directamente hacia otras islas polinesias. Pero sí que vale mucho la pena explorar durante unos días esta isla poco turística.
La isla de Tahití tiene, entre otras cosas, un montón de museos apasionantes. Los que más me gustaron fueron el museo etnográfico de Punaauia y el museo de Gauguin en Mataiea. También me encantó el jardín botánico, muy bonito y original.
Además, recomiendo hacer alguna ruta hacia el interior de la isla. Hay caminitos por las montañas vírgenes. Síguelos en busca de las muchas cascadas y valles secretos.
Tahití es una isla magnífica que merece la pena descubrir. Sin embargo, el vuelo es muy largo (unas 24 horas desde España) y los billetes de avión y el alojamiento en la isla son costosos. Este es el motivo por el que hay que reservarlo todo con tiempo y apostar por el alquiler de habitaciones.
Cuando llegué, las playas me decepcionaron, ya que me las imaginaba como largas explanadas de arena blanca. Sin embargo, la mayoría son pequeñas playas de arena negra. Eso sí, el mar tiene un espléndido color azul transparente. Me encantaba bañarme y hacer buceo libre con la máscara, las aletas y el tubo.
El recorrido de la isla se hace muy rápido en coche y se tarda unas 2 horas en total.
Por ello hay que organizar el tiempo y el presupuesto para visitar otras islas, en particular Moorea, que se encuentra justo enfrente de Tahití. El viaje a Tahití no habría sido el mismo si no hubiera visitado la isla de Moorea.