Nuestro viaje en carretera por Rumanía ha sido una auténtica sosrpresa y una maravilla. El país está lleno de riquezas naturales y conserva un rico patrimonio que hemos disfrutado con intensidad en cada recodo del camino. Nos ha gustado mucho el itinerario que nos habían preparado, que nos ha llevado desde ascender a través de agrestes bosques hacia algunos de los puntos más altos del país, hasta joyas patrimoniales como los monasterios pintados de Bucovina, o la riqueza cultural de los Maramures. Hemos tenido algún problema con los hoteles, que gracias a la simpatía y a la eficiencia de Andrei se solucionó rápidamente pese a que no era nada fácil. La elección de los hoteles nos ha gustado mucho, Especialmente el Hotel *** de Brasov y el *** de Sighisoara. Sólo hemos tenido una queja del hotel *** en Sighet. El día que llegamos se estaba celebrando una boda y habían reservado todas las dependencias del hotel, de forma que, a pesar de haber llegado a las 3 de la tarde, la habitación no estaba lista. No pudimos comer ni cenar en el restaurante porque estaba reservado para la boda. Tampoco pudimos disfrutar de los jardines por idéntica razón. Hasta la 1 de la madrugada no terminaron de despedirse los invitados, y ni siquiera pudimos esperar tomando una cerveza en el bar, porque estaba también reservado para la boda y no había ningún camarero disponible. También el último día hubo otra confusión con los hoteles que afortunadamente también se pudo solventar sin demasiados inconvenientes, Exceptuando estas contrariedades, el resto del viaje ha transcurrido de forma muy satisfactoria. En todo momento hemos tenido contacto con la agencia y todo se ha resuelto de forma rápida y favorable. Rumanía es un gran y hermoso país, y gracias a este viaje hemos podido disfrutar de una extensa panorámica de las maravillas que ofrece.