Es esencial visitar Lhasa. Visita el palacio de Potala y el templo de Jokhang, dos de los lugares de culto más famosos del Tíbet. Verás muchos peregrinos y vivirás en tus carnes la fuerte presencia del budismo en el país. A continuación, ve a Shigatse a admirar la estatua de Buda en el monasterio de Tashilhunpo. Después puedes visitar otros monasterios en Sakya. En la medida de lo posible, viaja entre abril y octubre para evitar el frío invierno tibetano.
Al norte de Lhasa está Yangbajing, que tiene fuentes geotérmicas. Aquí es mejor viajar en invierno, para apreciar el contraste entre el agua caliente y la nieve. Este contraste será, sin duda, uno de tus mejores recuerdos del Tíbet. Ve entre noviembre y marzo para vivir esta experiencia mágica.
Si te gusta hacer senderismo, seguro que has soñado alguna vez con hacer un trek en el Tíbet. Son muchas las agencias que organizan circuitos de senderismo. Puedes ir a la famosísima región del Everest. Pero también puedes ir a otros lugares menos conocidos del Tíbet, como las orillas del fantástico lago Nam Tso. Sea como sea, es mejor planear este viaje entre mayo y septiembre... y siempre con guía.
Cuando se habla del Tíbet, pensamos inmediatamente en Lhasa y en el Everest, pero los lagos tibetanos, menos conocidos, son preciosos. El lago Nam Tso, que es objeto de peregrinación para los tibetanos, está rodeado por cuatro templos y es uno de los sitios más bonitos del Tíbet. También puedes ir al lago Yamdrok, apodado "el lago coral" o "el lago verde de jade"; un paisaje natural impresionante. La mejor época para viajar es entre abril y octubre
Otra visita obligada en un viaje al Tíbet es el cañón de Yarlung Tsangpo. Es el más profundo del mundo y uno de los más bellos. Entre montañas, precipicios y cascadas, el gran cañón Yarlung Tsangpo te dejará sin palabras. Es mejor ir entre abril y octubre a esta maravilla de la naturaleza.