Corea del Sur, una inmersión entre modernidad y tradiciones
Entre dos sitios históricos, una metrópolis vibrante
Seúl sorprende por su equilibrio entre tradiciones ancestrales y la efervescencia urbana. El palacio de Gyeongbokgung se encuentra cerca de los hanoks de Insadong y de la animada vida nocturna de Myeongdong. Cafés, mercados callejeros, arte y cultura pop: cada rincón de la ciudad revela una faceta distinta de los mil rostros surcoreanos.
Naturaleza preservada, islas y montañas
Corea ofrece mucho más que sus ciudades: la isla volcánica de Jeju fascina con sus playas y rutas de senderismo. Y sus parques que son auténticos museos al aire libre, como Seoraksan, invitan a paseos contemplativos. Senderos elevados, cascadas y bosques hacen de este país un destino de aventura variada y accesible.
Gastronomía y acogida cálida
Kimchi, barbacoa coreana, caldos picantes y especialidades callejeras forman una cocina sabrosa y sorprendente. Fácil de descubrir, popular o gastronómica según tu gusto. Añade el orgullo local y la ayuda espontánea de sus habitantes: viajar a Corea es probar tanto el sabor de sus platos como lo acogedor de los encuentros con lugareños.
Nuestros consejos para un viaje más responsable en Corea del Sur
En Corea del Sur, los principales retos del turismo sostenible están en la preservación de los espacios naturales y el patrimonio histórico, como en la isla de Jeju o en Gyeongju. Tu experto local, consciente de estas cuestiones, te sugerirá viajar en las temporadas intermedias, de abril a junio y de septiembre a octubre, o explorar lugares menos concurridos como el parque nacional de Seoraksan o el pueblo de Andong Hahoe.
También puedes optar por alojamientos gestionados por habitantes locales y desplazarte en transporte público, creando así un círculo económico tan beneficioso como sostenible.