Las calas de Piana consisten en acantilados de granito rojo tallados por la erosión que desembocan en el mar desde una altura media de 300 metros. Las formas irregulares ofrecen siluetas que dan rienda suelta a la imaginación mientras soñamos despiertos.
Me gustó pasear en medio de las numerosas esculturas fantásticas, con un contraste de colores entre el rojo de la roca, el verde de la vegetación y el turquesa del mar realmente sorprendente. Hay muchos senderos en las calas, y recorrer varios de ellos para disfrutar de las distintas panorámicas del lugar me dejó agotado. La mayoría de los caminos señalizados que existen comienzan en la salida de Piana, unos cien metros después del puente Mezzanu.
A las calanques se llega por la carretera D81, a media distancia entre Calvi y Ajaccio. La carretera serpentea por las Calanques de Piana, desvelando todos sus secretos. Podrás admirar la roca de color rojo anaranjado a la par que circulas por una encantadora ruta que domina el borde del mar.
Si lo deseas, también podrás hacer excursiones por estos lugares. Hay distintos itinerarios propuestos. Sin embargo, no podrás llegar hasta el mar.
Durante tu visita a Córcega, prevé contemplar una puesta de sol desde las Calanques de Piana. Lo cierto es que los cálidos colores del atardecer se combinan maravillosamente con la roca. Esta armonía me sedujo especialmente del lugar donde descubrimos "El Corazón de los Amantes Petrificados". Te encantará ver la "Cabeza del perro", "el Indio" o "el Camello" ¡Tendrás que descubrir estos misterios naturales!
Tenía pensado quedarme una o dos noches, pero al final pasé allí la mayor parte de mi viaje por Córcega, así que te puedes hacer una idea del poder del encanto de este lugar excepcional. ¿Cómo no sucumbir ante la belleza de un decorado como este?
La carretera sinuosa que lleva hasta el pueblo de Piana a través de un paisaje de valles salpicados de apacibles rebaños de cabras es una auténtica obra de arte. Parece una acuarela con colores llamativos: las formaciones rocosas de las calas contrastan con el azul turquesa del Mediterráneo y el verde claro del monte bajo. Casi me olvidé de la belleza del pueblo al observar los tintes rojos anaranjados de las esculturas minerales compuestas por columnas torcidas, acantilados de granito, figuras petrificadas y monumentos deformes.
Piana es un apacible pueblo que domina el golfo de Porto, en la costa que une Ajaccio y Calvi. Además, se le considera uno de los municipios más bonitos de Francia. Merece la pena visitar sus pintorescas casas con fachadas blancas, sus pequeñas tiendas y su iglesia, pero lo que más destaca del pueblo es su localización, en la cima de un extraordinario promontorio rocoso que hace de Piana un emplazamiento protegido y único en Europa. Los vertiginosos picos de las calas de Piana, con vistas a los istmos de Senino y Scandola, parecen tallados a golpe de cincel a causa de los cambios climáticos y de la brisa marina.
Durante la puesta de sol pude fotografiar una impresionante paleta de colores. No obstante, los fondos marinos y los senderos que atraviesan el bosque son asombrosos a cualquier hora del día. Además, el paseo hasta la torre genovesa de Piana constituye una excursión estupenda que te permitirá descubrir desde un prisma diferente este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Las calas de Piana son una maravilla. Las rocas esculpidas por el viento hacen de la costa un lugar increíble. Los acantilados de granito rojo caen abruptamente en el azul del Mediterráneo. Descubrí este impresionante lugar por la carretera. Es un camino tortuoso que pasa a través de este sitio natural. Hay que tener mucho cuidado al cruzarse con otros vehículos, en especial las inconscientes autocaravanas que se han atrevido a meterse en una carretera de este tipo. Cuando vi una zona de descanso, me paré para disfrutar de las vistas y por supuesto tomar unas cuantas fotos.
Las esculturas naturales dan rienda suelta a la imaginación. Actualmente declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la región formaba parte de Salogna en el siglo XV. También se la puede conocer en barco al salir de las principales ciudades vecinas. En cualquier caso, las calas de Piana son un lugar que debes visitar durante un recorrido por Córcega.