Durante un viaje por Córcega, me paré en Patrimonio. Esta comunidad tiene gran fama por sus vinos que, ya desde la antigüedad, han sido muy valorados. Varias bodegas ofrecen vinos rosados, blancos y tintos.
Estos vinos son muy especiales ya que se derivan de una variedad que solamente puede encontrarse en Córcega, el Niellucio para el vino tinto, y el Vermentino para el blanco.
También tuve la oportunidad de probar un moscatel muy diferente, menos dulce que el que se elabora en el continente. Visité la bodega y me enteré que todas las viñas estaban cuidadas a mano, sin productos químicos, en resumen, un vino biológico. Gente apasionada, que se toman tiempo para conversar e intentar compartir su pasión.
Me marché con un buen surtido de vinos, pero cuando sale una botella de "Patrimonio", es un sabor a vacaciones el que se coloca en la mesa, sea cual sea la época del año.