El centro de Málaga es agradable a cualquier hora del día o de la noche. Hay muchos edificios bonitos, como la catedral de la Encarnación, que data del siglo XVIII. Su tamaño es muy imponente, ¡visita obligada!
Las calles de alrededor, con sus típicas fachadas coloridas, son estupendas para tomarse algo fresquito en una terraza, o también unas tapas.
No te puedes perder un espectáculo imprescindible para impregnarte de la cultura local y mezclarte con los malagueños: las corridas de toros que se celebran en verano en la plaza de toros de Málaga. Tienen un ambiente verdaderamente peculiar. Eso sí, ¡elige un asiento a la sombra! Piensa que allí el sol pega fuerte. Es una actividad que no te puedes perder para vivir una experiencia auténtica.
Otra atracción turística es la Alcazaba, un fuerte situado en lo alto de la montaña que hay en pleno centro. Se tardan más o menos tres cuartos de hora en subir. Desde arriba hay unas vistas magníficas de la ciudad y del puerto.
Málaga tiene también mucha vida nocturna. Hay un montón de bares, pubs y clubs. ¡Después de todo, España es el país de la fiesta!