Llegué a Nerja en autobús desde Málaga. Es un pueblo costero. Me lo habían recomendado porque se puede ir a playas bonitas sin necesidad de coche. Era pleno verano y había turistas por doquier, pero la verdad es que me encantó. Está entre las montañas, los acantilados y un mar de aguas turquesas. Desde el Balcón de Europa se ve toda la costa, ¡a veces puedes ver hasta África! Es un paseo situado en alto, rodeado de palmeras, construido sobre un antiguo fuerte.
Aparte de los baños en la playa de Burriana, me gustó el mercadillo, la calle Carabeo y los cursos de submarinismo que se ofertan en varios establecimientos. Luego, además de las playas tan bonitas que se escalonan al este del pueblo, las Cuevas de Nerja merecen una visita. La cueva tiene más de 4 km y puede visitarse durante el día. Además, al principio del verano se celebra allí el Festival Internacional de Música y Danza Cueva de Nerja. Un sitio mágico a descubrir durante una estancia en España...