Aunque San Juan de Ortega no aparezca en la mayoría de mapas y guías de viaje, figura en las rutas de peregrinación del Camino de Santiago: el Camino Francés pasa por esta localidad y un buen número de peregrinos se detienen en esta etapa. Al llegar me enteré de que esta aldea debe su nombre a San Juan de Ortega, quien inició la construcción de una iglesia en el siglo XII que no se completó hasta el siglo XIII.
Lógicamente, visité la iglesia, en la que me encontré a numerosos peregrinos orando. Me gustó especialmente el magnífico sepulcro, que tiene unos preciosos relieves tallados y que estaba destinado a albergar los restos del santo, pero que actualmente está vacío. La pequeña capilla de San Nicolás también cuenta con hermosas piezas: un relicario barroco, un retablo, el baldaquino gótico de San Juan... Pero lo que más me cautivó fue su claustro, por su sencillez y su clasicismo, en mi opinión invita especialmente a la introspección. Te recomiendo especialmente esta visita durante tu estancia en España.