Aunque Plasencia no es una ciudad para visitar a cualquier precio, tiene algunos monumentos realmente magníficos, que merecen la pena una visita durante una estancia en España. Es el caso de la catedral, que consta de dos edificios de diferentes épocas: la Catedral Vieja, de estilo románico-gótico, construida en los siglos XIII y XIV, donde se encuentra la hermosa capilla de San Pablo y un museo de arte sacro; y la Catedral Nueva, de estilo gótico del siglo XVI, estilizada y ricamente decorada, donde pude admirar las esculturas sorprendentemente talladas.
Después de esta visita, di un largo paseo por la Plaza Mayor, flanqueada por pórticos, y por las calles de los alrededores, llenas de vida, que forman el centro histórico de Plasencia. Echa un vistazo al Ayuntamiento, vale la pena. Si nos alejamos un poco podremos descubrir tramos de las antiguas murallas de la ciudad.
Después de una noche en Plasencia, seguí el camino hacia el parque natural de Monfragüe, a pocos kilómetros al sureste, que se extiende a ambos lados del Río Tajo. A pesar del calor, me quedé con un gran recuerdo del viaje que hice por los senderos del parque, en el corazón de un rico ecosistema. Te lo recomiendo totalmente.