Montenegro es, para mí, uno de los secretos mejor guardados del continente europeo. No es conocido ni recomendado pero tiene lugares verdaderamente encantadores como, por ejemplo, Velji Zalazi. Una aldea fantasma abandonada en la que solo quedan las pequeñas casas de piedra y una pequeña iglesia, que me hicieron recordar ciertos lugares de Irlanda, Bretaña o Galicia.
Hay que decir, además, que desde Velji Zalazi, la vista de las Bocas de Kotor es excepcional, sobre todo si hace buen tiempo: el sol se refleja en el agua azul cobalto. Más aun, es el fiordo más meridional de Europa.
Me encantaría compartir contigo una anécdota de mi visita a Velji Zalazi: quedé sorprendida al ver las montañas tan escarpadas y cómo las cabras podían llegar a ciertos lugares, habría podido quedarme horas contemplándolas.