Brava, también llamada la isla de las flores, se puede descubrir por entero a pie. Me gustó mucho la atmósfera de esta isla: tenía la impresión de encontrarme en un extremo perdido del mundo, ¡y lo cierto es que es así!
Brava tiene la reputación de ser de difícil acceso, y lo cierto es que su aeropuerto no está operativo por ahora, pero siempre puedes venir con todas las facilidades a bordo del ferry que zarpa todos los días (excepto el viernes y el domingo) del puerto de São Filipe en Fogo. Escogí visitar Fajã de Água, un encantador pueblecito de pescadores situado al borde del mar.
Si vienes a este lugar, no puedes perderte su preciosa piscina natural, el entorno perfecto para darse un baño al caer la tarde. Para acceder, recorre la calle principal del pueblecito hasta llegar al borde del mar, ¡no tiene pérdida ninguna!