El oasis de Ad-Dakhla comprende una docena de zonas fértiles que se extienden a ambos lados de la ruta hacia los oasis de Al-Kharga y Al-Farafra. Un paisaje de postal con palmeras que se pieden de vista, sus huertos y magníficas fortalezas de adobe que salpican los pueblos de los alrededores.
Durante mi estancia en Egipto, me fascinaron las largas avenidas de la ciudad de Mout, los restos de su casco antiguo y su cercanía a los palmerales. Los aficionados a la historia disfrutarán del hermoso museo etnográfico de la ciudad, donde se puede admirar la ropa y otros artículos de uso diario de los beduinos. Eso sí, tened en cuenta que sólo se abre previa solicitud, por lo que deberéis dirigiros a la oficina de turismo y concertar una cita privada.
Si os gusta la arquitectura tradicional os recomiendo pasear por la ciudad de Mout y conocer las casas de ladrillo construidas sobre las laderas, además de su ciudadela, el corazón de la originaria villa de Mout. Desde lo alto de la ciudadela gozaréis de increíbles vistas de la ciudad nueva y de las dunas del desierto.