Es una excursión divertida y original durante un viaje por la Guayana Francesa Ve a Cayena, al curioso puerto de Degrad des Cannes, para tomar uno de los barcos-lanzadera que te llevarán en unos 30 minutos hasta el islote de la Mère. Atención: negocia bien la tarifa, que no debe superar los 30 € ida y vuelta.
El islote de la Mère tenía una leprosería, y después un presidio del que quedan muchos restos visibles: sumideros, muelles, una torre del reloj... Pude ver en las ruinas varias familias de monos y de periquitos de colores.
No olvides llevarte agua y comida para tomar allí, el islote de la Mère está totalmente inhabitado. Sin embargo, hay un carbet donde poner las hamacas un par de días. ¡Una buena oportunidad para probar un tiempo la vida de Robinson Crusoe!
La isla es minúscula y está invadida de monos y papagayos que se meven tranquilamente por la selva de ceibas y otras palmeras reales. Llegué a la isla de Mére en el viejo muelle de la prisión. Una llegada bastante agitada debiddo a las condiciones meteorológicas de aquel día.
Hay un bonito camino por el que se rodea la isla en menos de dos horas, pero como siempre pasa en la Guayana, hay que mirar donde se ponen los pies. Aproveché la playa para darme un baño y encontré una cabaña que estaba preparada para poner mi hamaca y descansar.
Pero lo más sorprendente es la presencia de una importante colonia de monos ardilla. Bajo su aspecto pícaro se esconden unos monos muy curiosos que tienen la osadía de robarte tu picnic de tu mano... o de tu mochila. Recuerda que la isla de Mere es un lugar natural protegido que pertenece al Conservatorio del Litoral.