"Pu’uhonua" significa "lugar de refugio". En los viejos tiempos, si una persona cometía un delito, debía ser castigado de inmediato, o de lo contrario los dioses enviarían su castigo: tsunamis, erupciones volcánicas, terremotos ... El criminal podía escapar de la sentencia mortal si corría lo suficientemente rápido para huir a Pu'uhonua. Allí estaría seguro, y tras un tiempo más o menos largo sirviendo a los dioses como penitencia, una ceremonia de purificación celebrada por un sacerdote le permitiría regresar a la sociedad, si es que no llegaba ningún desastre natural...
Me encantó sumergirme en este plano de la historia y de la cultura de la isla, aun cambiando ligeramente el resto de mis actividades.
El lugar data de mediados del siglo XVII, y nos transporta en el tiempo: las grandes cabañas con tejados de palmeras secas, estatuas de dioses, los kii tallados en madera, la posibilidad de jugar al Konane, un juego que antaño era muy popular...
Algunos días de la semana tienen lugar en Pu'uhonua o Honaunau demostraciones del tradicional tejido de redes, o del esculpido de canoas, acompañados por un guía local. Siempre aprovechará para contar historias sobre este lugar sagrado donde vivieron también los grandes cocineros reales de la región.
La entrada cuesta 1$ si se llega a pie, o 5$ si es en coche (ya que incluye parking), aunque no siempre hay un guarda para vigilar, por lo que es una buena relación calidad-precio con todo lo que allí se puede aprender y ver. Porque además de todos estos detalles culturales, el hecho de tener los pies en el agua no hace que sea raro el ver tortugas o peces coloridos acercarse a la orilla para calentarse al sol.
Realmente guardo un grato recuerdo de mi paso por Pu'uhonua o Honaunau, durante este viaje a Hawái.