Kilauea se encuentra en el Parque Nacional de los Volcanes, abierto todo el año, y el cual ofrece muchas actividades que os enseñará mucho sobre los volcanes de Big Island.
Este es un lugar muy respetado: además de ser una reserva natural, el cráter central del Kilauea es el santuario de Pele, diosa hawaiana del fuego, a quien los habitantes de la isla le dan gran importancia.
Y es cierto que hay algo de mágico al caminar sobre esta roca volcánica, sobre la lava endurecida (donde casi no hay vegetación) que fluye al mar, agrandando la isla.
Admirar el paisaje para mí fue la experiencia más original y destacada de mi viaje a Hawai. No hay volcanes activos en todos los rincones del mundo, y no todos los días se puede ver la verdadera lava fundida.