Situada en la sierra de Tramontana, La Granja es un testigo mudo de la historia de Mallorca. Tras sus muros son palpables las distintas épocas por las que ha pasado, con cambios de propietario, producciones agrícolas diferentes, etc. Hoy en día consta de un edificio y una hacienda, propiedad privada de la familia Seguí.
La Granja de Esporlas (conocida localmente como Sa Granja de Esporles) es una visita obligada para ver cómo era antiguamente la vida en Mallorca. Durante la visita a esta casa-museo se aprecia muy bien la forma de organizar la producción agrícola, la vida, el trabajo, etc. Además, el paisaje que la rodea es excepcional.
Para mí, lo mejor de la visita fue la degustación de alimentos típicos de la región, como la sobrasada, el pan de higo, quesos, pan... ¡Todo artesanal y exquisito!