Hace diez años que vengo vacaciones por las islas Baleares, y nunca me canso de redescubrir la isla de Ibiza, un lugar que me parece increíble. Me encanta la efervescencia del centro de la ciudad de Eivissa al caer la noche. Me gusta mucho perderme por las pequeñas callejuelas de la ciudad y cruzarme con los habitantes del barrio. En mi blog dedico un artículo a este tema.
Por la mañana resulta agradable tomar café en uno de los bares del puerto de esta ciudad, mirando como atracan los ferries y cruceros. Al sur de la ciudad podemos encontrar la ruidosa Playa d'en Bossa, la cual concentra en ella todo lo que no me gusta de Ibiza. Construcciones anárquicas a orillas del mar, playas infestadas de gente y bares muy ruidosos. Sin embargo, se trata de una zona donde el alojamiento resulta barato.
La playa de Ses Salines es un buen lugar para tomar algo. Se trata de un lugar maravilloso, quizá demasiado popular debido a sus míticos restaurantes. No obstante, se encuentra tranquila por la mañana. Te aconsejo que te pasees por la orilla hasta llegar al cabo frente a Escul d'en Terra.
Ibiza es una ciudad conocida por su fiesta y su playa: si esto es lo que buscas, estás en el lugar adecuado. Descubrí, no obstante, que Ibiza posee monumentos de interés: su ciudad alta y sus fortificaciones inscritas en la lista de la UNESCO ofrecen una vista global sobre sus alrededores.
Esta ciudad constituye el corazón de la isla, donde se encuentran concentradas todas las atracciones. Al alejarme de ella, pude constatar que no había mucho que hacer en el resto de la isla. Lo único que hay son playas. La isla es bastante pequeña: para recorrerla de un lado a otro se tarda como máximo 1 hora de coche.
Ten cuidado en verano: las playas se encuentran abarrotadas y la llegada de estrellas de la jet-set desata los precios. El precio del alquiler de los apartamentos y hoteles se multiplica entonces por dos.
En resumen: para mí fue un descubrimiento interesante en mi viaje por España.
Para muchos viajeros durante una estancia en Baleares, el paso por la isla de Ibizaes imprescindible. Efectivamente, la isla es especialmente bella, con magníficas calas y pequeños pueblos perdidos. Desgraciadamente, a parte de en invierno y fuera de temporada cuando ha sabido conservar su encanto del pasado, hoy es día está mayoritariamente desfigurada por el turismo de masas.
Personalmente no soy una gran fan de las grandes borracheras al ritmo de la música electrónica, por lo que, como habrás entendido, no me gustó mucho la isla de Ibiza.
Si eres de los que desean las playas salvajes y desiertas, autenticidad y tradición, sigue tu camino. Pero si eres de los que sólo quieren ir de fiesta y perder la consciencia, ¡estás en el lugar correcto!