
Una economía floreciente, pero con grandes desigualdades sociales
Panamá representa la economía más poderosa de los países de América Central. Varios factores lo permiten. Panamá es un paraíso fiscal: la moneda local (el balboa) está ajustada al valor del dólar estadounidense, y el canal de Panamá representa por sí solo el 5% del tráfico marítimo internacional. Sin embargo, los beneficios que generan tales sectores no llegan a todo el mundo, y todavía el 40 % de la población vive bajo el umbral de la pobreza. Estas desigualdades generan tensiones sociales en el interior del país.
Una inseguridad persistente localizada
La tasa de criminalidad es inferior aquí a la de otros países de América Central Aunque la mayoría de los turistas no tendrán ningún problema durante su estancia en Panamá, conviene adoptar una actitud poco ostentosa y seguir las recomendaciones. La página web del Ministerio de Asuntos Exteriores publica una lista de los lugares que se deben evitar así como consejos para los viajeros. La frontera con Colombia es un lugar particularmente vigilado: se trata de una zona de actividad de narcotraficantes.
Un patrimonio natural e histórico reconocido
Se trata del país de América Central con mayor número de lugares inscritos en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Yacimientos arqueológicos, lugares históricos, parques naturales boscosos y marinos: el patrimonio panameño es excepcional pero frágil. El gobierno no ha dispuesto los medios financieros necesarios para su preservación y protección, por lo que algunos de estos lugares se encuentran en peligro. La deforestación continúa su curso y los lugares históricos apenas se mantienen o nada en absoluto.
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El auge del turismo
Habrás visto que Panamá tiene mucho que ofrecer y que compartir. A pesar de la inseguridad, el turismo sigue aumentando. Hay muchas conexiones aéreas y el país goza de una buena imagen en la escena internacional. El ecoturismo se encuentra en proceso de desarrollo, y parece importante permitir a la población local beneficiarse de estas repercusiones económicas dando prioridad a las iniciativas locales en un viaje por Panamá. Los panameños han pasado demasiado tiempo como espectadores del desarrollo económico de su país: para ellos ha llegado el momento de entrar a formar parte de la situación.

















































