Cuando vivía en Praga, a menudo me iba a pasear a Vysehrad, un lugar agradable tanto en primavera como en verano. Es un lugar un poco alejado, pero vale la pena verlo.
Te recomiendo coger el tranvía 21 desde Národní Divadlo. Tras haber pasado el Vltava, y visto la sorprendente Casa Danzante a la izquierda, párate en Vyton. Te encuentras en la pare inferior de la colina de Vysehrad. Toma la escaleras que llevan a la iglesia de San Pedro y Pablo, y al cementerio. Cuando deambules por este apacible lugar, entre las tumbas y árboles, puedes buscar los nombres de personajes famosos como Dvorak, Smetana o Mucha. Seguramente habrás escuchado hablar de ellos al preparar tu viaje por la República Checa...
Al salir, puedes tomar el metro (línea C) hasta el centro, y por qué no terminar la jornada en la plaza Wenceslao y visitar el Museo Nacional.
El fuerte de Vysehrad es, según varias leyendas, el lugar donde tuvieron lugar los primeros asentamientos en la ciudad de Praga. Es también aquí donde se encuentra uno de los sitios más antiguos de la capital de la República Checa, su fortaleza con sus imponentes muros de ladrillo rojo, que cuentan con más de un milenio de edad. En el interior de sus elevados muros, podrás encontrar un hermoso parque con castaños, una iglesia neogótica que destaca con sus tonos especialmente oscuros, y un cementerio que alberga las tumbas de personajes ilustres checos como Karel Capek, Dvorak y Mucha.
A pesar del interés histórico del barrio de Vysehrad, tengo que admitir que nunca he estado demasiado impresionado por este lugar, que en mi opinión, ha perdido esa esencia que tuvo antaño. El principal atractivo es su jardín de la cerveza situado a lo largo de la fortaleza y que ofrece unas vistas maravillosas de la ciudad.