Sulina, villa portuaria y localizada en uno de los tres brazos del Delta del Danubio que se abre hacia el Mar Negro.
Aconsejo:
No os quedéis en Sulina... ¡salid, escapad para explorar el Delta y conocer su fauna y flora!
Mi opinión
Sulina es una localidad rural a la que no le encontré ningún encanto. Diría que lo que más me gustó fue la playa de Sulina, dearena fina, salvaje y poco frecuentada. Hay minibuses que realizan el trayecto hasta allí desde el centro de la localidad, y muchas pensiones organizan sus propios convoys.
La ciudad posee cuatro faros y una torre llamada Torre del Agua. Vale la pena echar un ojo a las vistas de la cúpula del faro del dique norte. La puesta de sol tras el faro es uno de los buenos momentos que pasé en Sulina. Cerca del puerto también se puede ir a visitar varias iglesias católicas, anglicanas, ortodoxas y griegas.
Estuve muy poco tiempo en la población, ya que salí casi de inmediato de excursión hacia el Delta del Danubio. De hecho, el interés real de Sulina reside en ser punto de partida para ir a visitar el magnífico delta. ¡Tendréis muchas opciones en Sulina entre agencias, restaurantes, pensiones y hoteles! En cuanto al alojamiento, os aconsejo elegir habitaciones en casas familiares... ¡os mimarán como a reyes! En esta región, la gastronomía suele consistir en pescado fresco a la parrilla, recién pescado... ¡todo un regalo para el paladar!
A unos veinte kilómetros de Sulina, vale la pena explorar el Bosque Letea, una de las reservas naturales en Rumanía más antiguas.
