Subiendo los Montes Hasmas, olvidaba a veces en qué país me encontraba. La piedra caliza y la alternancia de abetos y pinos, que aquí hay en gran cantidad, hace que los Montes Hasmas tengan verdaderamente algo de los Prealpes. Por otra parte, la ausencia casi total de desarrollo me recordaba regularmente que estábamos sin duda en los Cárpatos rumanos...
Con no mucha extensión, el macizo de los Montes Hasmas está lleno de bellezas naturales, especialmente porque está cortado por valles muy profundos que provocan numerosas rupturas del macizo: los del alto Olt, Mures y, sobre todo, Bicaz. Este último horada en algunos lugares gargantas tan profundas que tenemos que pellizcarnos para creerlo. Otra maravilla natural: el lago rojo, uno de los lagos de montaña más hermosos de Rumanía. Hay que ver también: la "Piedra Solitaria", triple chimenea de cuento de hadas de arenisca que se levanta en una pradera alpina.