Yo no sé cuál es tu caso, pero el hecho de que Rumanía sea un importante productor de vino me era totalmente desconocido, hasta que llegué a estas tierras de leyendas. Cuando llegué a Urlati, me detuve en una bodega y probé el vino local, cosa que te recomiendo vivamente.
Pero como el vino no lo es todo, en Urlati podrás encontrar también algunos monumentos que valen la pena ser vistos o visitados. El que más me gustó fue Bellu Manor, una mansión muy bien conservada en la que un guía te explica su interesante historia así como la de su propietario, el barón de Bellu. Me atrajo igualmente la Biserica de Lemn Adormirea (la iglesia de la Ascensión) por su forma y su color atípicos, diferentes de nuestra concepción de iglesia en general.
En definitiva, si visitas Urlati, te darás cuenta de que Rumanía es bastante más que su capital (Bucarest) o que el castillo de Drácula.