Para todos aquellos que desean ver el arte bizantino rumano, el magnífico monasterio de Cozia ofrece uno de los mejores ejemplos. Estoy enamorada de este lugar, no sólo por sus frescos que son impresionantes, sino también por su entorno natural lleno de nogales y que te ofrecerá una tranquilidad indescriptible.
Este monasterio tiene dos capillas construidas con 200 años de diferencia. Actualmente, además hay un museo con antiguos documentos y antigüedades. La verdad es que la colección no me gustó en exceso, me pareció aburrida y falta de interés.
A pesar de su pequeño tamaño y su falta de notoriedad, es uno de los lugares que más me gustó de Rumanía y esté monasterio permanecerá en mi memoria por sus frescos y por el río y las montañas de los alrededores.