Una de las principales ciudades del oeste rumano, Timisoara ofrece un centro de la ciudad muy agradable y bastante suntuoso, con sus hermosas residencias clásicas, sus grandes avenidas y los numerosos parques que le dan una bonita imagen al espacio de la ciudad. Una ciudad bastante animada, cuenta además con un buen número de bares y restaurantes, que hacen de la ciudad un lugar estupendo para disfrutar de la vida nocturna de Rumanía. Famoso por el papel que jugó durante el régimen comunista, Timisoara es denominada la "primera ciudad libre", en referencia a su feroz oposición al régimen de Ceaucescu.
A pesar de todas estas ventajas, debo admitir que nunca me he quedado en esta ciudad que me parece un tanto fría. La verdad no tuve la sensación de haber conseguido entrar en su piel y hallar su encanto. Sin embargo, creo que Timisoara puede ser una buena base en el oeste durante tu recorrido por Rumanía.
Lo que más me gustó de Timisoara fue Piata Unirii en donde se encuentra la catedral católica y la casa Brück. El lugar es realmente inmenso, y los distintos monumentos le dan una atmósfera especial.
Por otra parte, me pareció muy interesante pasearme por el Timisoara ya que se pueden observar las distintas culturas mezcladas en la ciudad, y en especial los que proceden de Alemania, Serbia, Hungría y República Checa. Otra importante zona con la que cuenta la ciudad es el barrio Fabric, donde se encuentran una sinagoga, mercados de alimentos...
Si bien Timisoara me parece poseer cierto encanto arquitectónico, en términos de ocio y vida nocturna, me gustaron más las ciudades vecinas como Bucarest o Brasov.
Metería estas tres ciudades en la preparación de un viaje por Rumanía.
Sin ser una ciudad que colme la vista por la excelencia de su arquitectura, Timisoara reúne todas las características de las ciudades estudiantes y sus noches de primavera se ambientan con música y gente de todas las nacionalidades en los jardines públicos.
A pesar de todo, me levanté temprano para pasearme hasta la Plaza de la Unión, donde se hallan bellos monumentos, como la sublime catedral ortodoxa, que concurre con la catedral católica, algo menos espectacular. Me impresionó la cantidad de mansiones y grandes construcciones de Timisoara, algunas de las cuales son las más llamativas que he podido ver en mi viaje por Rumanía. Los locales me anunciaron que la mayor parte de estos edificios fueron financiados por las diversas mafias europeas. No tienes por qué preocuparte demasiado, puedes disfrutar de tu estancia sin tener problemas con criminales.