Para ser honesto, llegué a Vadstena un poco por casualidad. Cogí un mapa de Suecia, me dije que el lago parecía muy agradable y ví escrito el nombre de Vadstena debajo. Así que no se sabía muy bien qué esperar antes de llegar allí, pero ¡no me decepcionó!
El castillo, de estilo medieval, está rodeado por un foso y es muy imponente. Se puede entrar en el recinto central libremente y leer algo de información para descubrir más sobre él.
No dudes en visitar la abadía. Con un poco de suerte, la encontrarás con la única compañía del coro en pleno ensayo: ¡un ambiente maravilloso! Me pareció como si el tiempo se hubiese detenido, sentado en el fondo de la iglesia y escuchando a esos cantantes de voz cristalina, iluminados por la suave luz de las velas.
Por último, si pasas un día en Vadstena (¡o una noche!) de invierno, visita el cercano lago de Vättern. Si tienes la suerte de llegar en el momento del crepúsculo, solo tendrás que sentarte en uno de los pequeños bancos instalados justo en frente de él para disfrutar de un maravilloso panorama: ¡la puesta de sol sobre el lago helado!
Tal vez fue a causa del invierno y la nieve cubriéndolo todo, por el paseo por el lago helado en plena puesta de sol o quizás por el ensayo del coro en su abadía, pero una cosa es cierta: ¡un ambiente mágico reina en Vadstena! Una ciudad de pequeño tamaño y con pocos lugares de interés, pero, sin duda, es el mejor recuerdo de mi viaje a Suecia, así que ¡solo puedo recomendarla!